Una vez que ya hemos presentado los recursos cómodos, he de decir que la rotulación manual de tus propios chistes, tiras o páginas tiene una serie de ventajas que no hay que desdeñar. En primer lugar la asociación entre dibujo y tipo de letra. El "casamiento" de ambos produce trabajos cuidados como los de Will Eisner, mientras que en el otro extremo están los viejos tebeos de Bruguera con sus letras de Olivetti.
Entre los americanos, Todd Klein y Elliot Feldman presentan unas miniguías sobre rotulación manual empleando la regla Ames. Yo hasta ahora no he hallado la jodía regla en España, aunque hay quien dice que la vió en su época de juventud como un instrumento para delineantes del siglo pasado. El XX.
Pero no hay que desanimarse. Dale Martin afirma que con un programa de maquetación y una mesa de luz, podemos solucionarlo. Se trata de imprimir una plantilla con un programa de maquetación, de modo que se tracen las líneas guía. Una vez impresa, se coloca bajo el original, se enciende la mesa de luz y las guías están disponibles sin necesidad de borrar. Sencillo, ¿no?
Otra opción es hacerse una guía con un trozo de cartón y deslizarla sobre una regla, es lo que parece haber hecho Serge Carrère.
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