Parece que no soy el único que opina que los lápices grasos son caros. Caros de narices. Así que cuando se rompen o gastan, casi duele tirarlos. He encontrado un par de trucos acerca de esos lápices que se caen al suelo y la mina se rompe.
El primer truco consiste en meterlos en el microondas unos pocos segundos para que la "cera" se funda y junte en el interior del lápiz. Hay quien sugiere calentarlos un poco más y enfriarlos después en la nevera.
El truco número dos consiste en emplear portalápices cuando la longitud de los lápices es incómoda para la mano. Y si el lápiz es demasiado corto, pegarlo a la parte trasera de uno nuevo con adhesivo instantáneo (cianocrilato) y apurarlo hasta el final.
Cuando se trata de ceras, no de lápices de cera, hay quien sugiere fundirlas y fabricarse ceras nuevas con el microondas y moldes. O hacer manualidades con los niños.
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