Lo que hoy traigo no se encuentra en la red, sino fuera. En las librerías de viejo, en las ferias... se pueden encontrar auténticas joyas escondidas, como ésta antología que publicó Serafín en 1970. Al final de su prólogo, Álvaro de Laiglesia escribe:
Quizás estemos locos, porque amamos la vida y procuramos librarla de la cola solemne y antipática que arrastra.
Quizás estemos locos, porque pretendemos secar con la esponjita de nuestro humor un diluvio de lágrimas.
Quizás estemos locos, porque preferimos jugar con un rayo de sol, en el espejo de una polvera, a estudiar la carrera de abogado.
Quizás estemos locos, porque en el reparto del pollo social nos conformamos con la pata y no miramos con envidia al que se sirvió la pechuga.
Quizás estemos locos, porque somos capaces de interesarnos por todas las cosas que no nos interesan.
Quizás estemos locos, porque empleamos nuestros tinteros en pintar cosas bellas y no emborronar las bellezas que otros pintaron.
Quizás estemos locos, porque nos somos hipócritas y hemos procurado siempre lo que nos vino a la punta de la pluma.
Quizás estemos locos, porque vamos quitando la cizaña del trigal, a sabiendas de que esa cizaña la sembraron gordos caciques que manejan el cotarro de la vida con la fuerza de sus botas y no con la persuasión de sus sonrisas.
Quizás estemos locos, porque no nos reímos cuando una anciana se cae en la calle patas arriba y nos morimos de risa, en cambio, oyendo peroratas engoladas.
Quizá, por todas éstas razones, estemos locos. Pero si la locura es así, lancémosle un sonoro «¡viva!». Y dediquemos este libro al hermano loco que se fuga, en sus quimeras, del mundo que entristecen sus hermanos cuerdos.
Yo no llego al nivel de erudición humorística de Kap. Sin embargo, creo que un humorista ha de estudiar y aprender de sus mayores. Por eso os traigo algunos ejemplos.
Garrido
Mer
Éstos chistes son anteriores a 1936, pero a mí me siguen haciendo gracia.
2 comentarios:
Jejeje, este libro también lo tengo yo!! Una buena selección de autores, aunque ya fallecieron todos (bueno, casi todos).
Poquitos quedan ya...
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