En Artesanos del humor, Forges narra una anécdota. Según él, su padre le dijo que sus dibujos deberían reconocerse como suyos a equis metros de distancia. No fue hasta que empezó a dibujar sus distintivos bocadillos hasta que no lo logró —al menos a los ojos de su progenitor. En el caso del humor gráfico —y la historieta en general— la rotulación manual, más cuando es realizada por el propio autor/a, suele integrarse mejor con el dibujo que la mejor traducción mecánica y/o manual. Algunos autores admiten que es muy pesado rotular textos largos, y que se han hecho fuentes con su letra. Pero que los textos pequeños, prefieren seguir rotulándolos "a mano".
Otros autores, en cambio, se especializan en la caligrafía manual adaptándola a las nuevas tecnologías. Yo admito que tengo una letra un poco desastrosa. Es legible, no suele estar mal, pero rotulo a veces demasiado deprisa. Sin embargo, cuando pienso en la rotulación como parte integrante —y esencial— de la viñeta o cuadro, tiendo a ser más cuidadoso.
¿Cuál es el problema? La rotulación digital permite ahorrar algo de tiempo, además de facilitar la traducción, pero pierde la imagen del conjunto. Es lo mismo con los bocadillos, hacerlos digitales o no. Yo creo que a mano alzada tienen más personalidad y forman parte del estilo del dibujante.
El ejemplo anterior es de Franquín. Concretamente sus "Historias negras" en el original francés. Por ejemplo, los bocadillos se solapan en el orden que los personajes "hablan", permitiendo que el diálogo se siga independientemente del orden en el cuadro (las viñetas de la derecha, por ejemplo, superponen diálogos).
La página de Maëster tiene un aire como más "improvisado". Es un dibujante detallista y meticuloso que en su viñeta diaria persigue un aire más fresco, sin renunciar a su estilo. Emplea con profusión el espacio negativo, dejando que el lector lo rellene, como el contorno de los bocadillos. Apenas los superpone, pero es que el orden de lectura está muy claro. La rotulación presenta variación en grosor y tamaño, permitiendo "leer" algo más que las simples palabras.
Ahora una página de 'Fane (Stéphane Deteindre). Los bocadillos parecen inclinarse en la dirección en la cual se mueve el personaje, permaneciendo como globos con forma de elipse que flotan por encima cuando está inmóvil. La verdad es que 'Fane es un maestro de la rotulación, sus onomatopeyas son el ejemplo perfecto de integración con el dibujo y la escena yendo más allá de los límites de la viñeta.
6 comentarios:
Justo ayer me decidí a rotular las onomatopeyas y negritas con pincel.
Desconocía a Fane, es genial!!!
¿Algún ejercicio para dibujar esos bocadillos perfectos? :P
Abrazo, Taro
Muy buena entrada.
Una entrada muy interesante, sí señor! :D
Yo soy más de rotulación digital, pero hay que reconocer que la letra de Franquin mola un puñao...
Pues hay modos, Taro. Todd Klein propone entintar los bocadillos por partes: superior e inferior y luego los laterales, empleando las plantillas de curvas adecuadas.
Chas gracias, OPA y DGV...
Post muy interesante. Sugiero completarlo con una viñeta del Pogo de Walt Kelly, en la que hay muchos personajes que se rotulan según hablan...
Yo hago muy mala letra cuando escribo. Incluso mis mayúsculas són ilegibles... Pero cuando rotulo los textos de los bocadillos, no escribo sino que dibujo las letras. Así las letras tienen su ritmo, su cadencia, crecen cuando el texto lo requiere y respiran con los personajes que hablan...
Aunque en la viñeta que hago cada día para un periódico deportivo uso mi tipografía metida en el ordenador porque es mucho más rápido... y combino lo que en teoría sería caja alta y caja baja para que si se me juntan un par de erres, o eses o es, no sean iguales...
Creo que la clave es "dibujar" como bien dices, Kap, no rotular. Con esa idea en mente, el trabajo parece integrarse mejor con la viñeta. Tienes razón con lo de Walt Kelly y lo apunto para un próximo post con más ejemplos como Zep o Jeff Parker. Pero si sabéis más ejemplos ¡decidlos, decidlos!
Publicar un comentario