Descojonarse con la ciencia. O al menos meter en la mollera conceptos de un modo más agradable que un tostón de 45 minutos lleno de números (o letras, si hablamos de álgebra) en un aula llena de veinteañeros. Ese es el proyecto de Gerardo Sanz.
No os asustéis que la bitácora es en cristiano, no en gabacho. Recomendación de Faro.
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