— ¿Has pensado seriamente medicarte?
— Sí, pero entonces las vocecitas me dicen que no les mate
Lo anterior es uno de los diálogos de humor absurdo que más gratamente me ha sorprendido en los últimos años. No voy a situarlo al nivel de Samuel Beckett, ni siquiera de Tip y Coll o Faemino y Cansado, pero el autor apunta maneras. Tal colaboración, sin embargo, se perdió en el ciberespacio de Artbox y provenía de un español erasmusxiliado en el norte de Europa que situaba unos animales antropomórficos de compras por Ikea.
Os cuento ésto para informaros que mi dosis esporádica de omeprazol ha acabado con las vocecitas rugientes de mi ardor de estómago y que si vosotros no escribís, tengo la sensación de estar esquizofrénico y hablar con las paredes.