Al contrario que una noticia de prensa, que se supone ha de ser equilibrada y basarse en hechos, un chiste editorial no hace tal afirmación. Su intención no es informar sobre los hechos de las noticias sino comentarlas y a menudo emplea el ridículo para hacerlo. Debido a su subjetividad inherente, los chistes editoriales son expresiones de opinión protegidas por la constitución estadounidense.— Chris Lamb "Drawn to extremes: the use and abuse of editorial cartoons"
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