He estado pensando mucho sobre ésta bitácora. La nueva Ley de Propiedad Intelectual española es muy puñetera respecto a lo de publicar enlaces a otras páginas con material susceptible de ser gris en cuanto a propiedad intelectual. Si ya tengo poco tiempo para actualizarla, menos tengo para comprobar la legalidad de los materiales a los que enlazo. Por ejemplo, los libros de Andrew Loomis llevan circulando por internet años. Estaban agotados y sólo se reimprimían extractos de los mismos, pero desde 2011 Titan Books ha editado ediciones facsímil de los mismos. ¿Se pueden seguir enlazando y descargando, o ahora que hay reediciones ya no? Nota: yo me los descargué en su día y ahora tengo su reedición física. Pero también lo hice con Ken Hultgren, Jack Hamm o Lou Darvas. Y ahora tengo sus reediciones respectivas.
Hace ya mucho tiempo que dejé de enlazar a materiales cuyo color es más bien «escupitajo de buen Grog» o «carbón de las minas de Mordor» (Pau dixit) que están se encuentran en las procelosas aguas de la Isla de la Tortuga y que con un poco de Google y otros buscadores algo más oscuros, están disponibles.
Asesino de la cultura
En efecto que lo soy. Estoy esperando a que Danielle Corsetto saque el que va a ser su último y definitivo libro de GWS (la tira acabó oficialmente el pasado 12 de marzo) para completar mi colección: ella nunca he pedido un chavo para que puedas leer esa tira, pero agradece el apoyo cuando compras sus libros, o merchandising. Acabo de pagar 120$ a Jim Vadeboncoeur Jr. por los tomos 1 y 2 de su B+W Images que recopila imágenes pirateadas: no ha pagado derechos de autor al ser anteriores a 1930, pero en España podrían aún devengar dichos derechos, aún cuando jamás fueran publicadas aquí. He financiado la publicación de libros (demonios, me he gastado un dineral en libros físicos durante toda mi vida, y sigo haciéndolo). Sí, soy un pirata irredento.
Mientras pienso en si sigo aquí o me mudo a otro lado, un saludo a mis fieles lectores/as.
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